Las bibliotecas son lugares de sabiduría compartida

Las bibliotecas son lugares de sabiduría compartida

27 de octubre del 2016

Precisamente así debería llamarse el Día de las Bibliotecas: el Día de la Sabiduría. Cada 24 de octubre se conmemora en España, y se hace desde 1997

Las bibliotecas nos recuerdan que la sabiduría se debe cuidar / Scott Hefti

Las bibliotecas nos recuerdan que la sabiduría se debe cuidar / Scott Hefti

Pocas cosas llegan a nuestros días siendo tan añejas. No obstante, las bibliotecas tienen más de 4.000 años. Lo que en un principio eran templos con una clara función conservadora, se fueron transformando con el paso de los años en un lugar de sabiduría compartida. Lejos quedan los años en los que estaban ligadas a una actividad solamente religiosa, política, económica y social de escribas y sacerdotes.

En nuestros días, las bibliotecas son una fuente inagotable de conocimientos vivos que cumplen varias funciones, incluso algunas se ven como meras salas de estudio. Pero lo que sí es cierto es que cuando entro en una biblioteca, recuerdo los viajes que he realizado, mi visita a la gran referencia de las mismas, la Biblioteca de Alejandría, las horas que he pasado leyendo libros viejos, nuevos, usados, comprados. Porque la lectura no entiende de años, solo de imaginación e interpretación.

 

Leer es un fenómeno en extinción

Y lo es, desgraciadamente, ya que según reconoce el CIS, en España hay un 40% de personas que dice no haber leído un solo libro en el último año. Es preocupante y me preocupa, las dos cosas.img_7814

Vivimos en una sociedad tecnológica —incluso ya con nativos digitales—, en la que las redes sociales, la información a la carta o los canales de pago han restado tiempo y protagonismo a la lectura. Y créanme cuando les digo que esto es un serio problema. Las personas cada vez le damos más importancia a la imagen, aunque hasta esto se está volviendo obsoleto. Ahora la última moda es el vídeo, pero no será pasajera, viene para quedarse.

Por culpa de ese poco tiempo que nos queda cada vez nos gusta menos leer, seguramente porque no lo practicamos. Necesitamos contenidos, pero con el paso de los días, meses y años los solicitamos más visuales que gráficos. Y ahora es cuando lanzo la pregunta del millón: ¿Cuánto tiempo hace que no escriben con un bolígrafo?

No solamente estamos perdiendo la lectura, sino también la escritura tradicional. Las bibliotecas nos recuerdan que la sabiduría se debe cuidar, se necesita ganar y, lo más importante, el silencio que tienen nos invita a darnos cuenta que la vida requiere de palabras, pero también de tiempo y tranquilidad para asimilarlas.

Y esto precisamente es una de las cosas que más envidio de estos espacios de sabiduría: su silencio. En ocasiones pienso que ese silencio habla a gritos, dice muchas verdades, delata a la ignorancia y deja en evidencia la vagancia. El silencio de una biblioteca refleja reflexión, concentración, entrega, trabajo, aporta valores que son difíciles de reconocer en la agitada vida que vivimos. Las bibliotecas deberían ser más importantes de lo que son o, más bien, deberíamos darle más importancia de la que les damos.

Estoy cansada de ver días internacionales, mundiales o nacionales que incluso no deberían existir, ya que lo que conmemoran son cosas trágicas que tendrían que estar erradicadas. Pero ver el hashtag en Twitter de#DíaDeLasBibliotecas, me convenció de que podría ser uno de los hashtag más bonitos que he visto en las redes sociales.

Hace unos meses, cuando visité Egipto, me contaron que las primeras bibliotecas de allí se llamaban Casas de la vida. No puedo estar más en consonancia con esta definición. Una biblioteca te puede dar la vida si te haces amigo de su silencio y de su sabiduría. Día de las Bibliotecas: para mí, Día de la Sabiduría.

Un abrazo

Maica Rivera

Artículo publicado en Aquí Actualidad

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