Leyenda del Cristo Redentor: La viajera y el abrazo

Leyenda del Cristo Redentor: La viajera y el abrazo

8 de noviembre del 2016

Leyenda del Cristo Redentor: La viajera y el abrazo

La icónica figura del Cristo Redentor sobre la cima del Monte Corcovado, la envolvió en su llegada a “Cidade Maravilhosa”.  Cuenta la leyenda, que esta viajera impenitente portaba por maleta la tristeza profunda de no pertenecer a ningún lugar y la angustia de no ser capaz de quedarse. Sintió el abrazo de la escultura desde el hotel…Olvidándose del cansancio del viaje, con una ligera mochila como eterna y única compañera de viaje, emprendió la subida… 

En la memoria de los turistas presentes aquel día quedó grabada a fuego una imagen imborrable. La describirían una y otra vez dando comienzo a esta leyenda que circula y se difunde en voz baja, no sea que contemos mientras narramos, una parte de nosotros mismos: el anhelo de encontrar nuestro destino.

“Una hermosa mujer despeinada, con vaqueros, camisa holgada y mochila tras la cuál se ocultaba una frágil espalda, se situó frente a frente del imponente Cristo. Su delgado cuerpo desafiaba las dimensiones de la figura y, “de tú a tú”, con desconsuelo infinito le preguntó en silencio si él esperaba u olvidaba: ‘¿Cómo llenas tus noches vacías sabiendo del tormento y sufrimiento del mundo..? ¿Cómo quitar este dolor que acompaña antes de nacer de vidas y épocas pasadas?’… Él, sin palabras, pronunció su nombre: ‘Alma Vieja…, estás en el camino. Aquí hallarás respuesta a tu incansable búsqueda. En la inmensidad del bosque que me rodea hallarás tu camino»

Fotografía Scott Hefti. Miró frente a frente a la inmensa escultura.

Ella miró frente a frente a la inmensa escultura.

No es invención lo que escribo, sino una leyenda urbana de Río de Janeiro que transcurre en un tiempo no muy pasado. Lindoaldo, mi guía y ángel de la guarda en aquella inmensa ciudad –con él me adentré una noche en “las favelas”–, me la contó por dos razones: describe el «espirítu» de una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno —Cristo Redentor— y, según él, le recuerdo a la descripción que su abuela hacía de aquella viajera…

Le contesté que muchas mujeres viajan por el mundo solas y no por ello buscan nada.  Después de oír la leyenda, sentados en la playa de Copacabana, prometí, mirando al océano, que escribiría sus palabras.

Cansada, exhausta y agotada por el viaje, ella creyó que había imaginado aquel susurro que le hablaba, pues sonido alguno había pronunciado aquella estatua.  Regresó al hotel prometiéndose volver en la mañana.

Fue noche de desvelo e inquietud en el alma. Algo había sucedido pero no encontraba sentimiento que aquello expresara. Escuchó el silencio para que las ideas encontraran el pensamiento que más tarde se convertiría en palabra.

Soñó con luna llena y agua, elementos que señalan el cierre de una etapa y el inicio de un cambio… Ella percibía una urgente llamada. ¿Acaso podría ser la estatua?  Al amanecer, se dirigió hacia aquel abrazo que continuamente la reclamaba sin palabras. No lograba definir si fue realidad o fantasía lo sucedido la noche pasada… Las estatuas no hablan.

Tren de Corcovado

Tren de Corcovado

Desde 1884,  un trenecito pequeñito, entrañable en sí mismo y por el paisaje que muestra en su recorrido —su construcción es más antigua que el Cristo Redentor (1931)—, conduce a la cima del monte Corcovado atravesando el Parque Nacional de Tijuca, el parque urbano mas grande del mundo.

“La Floresta da Tijuca”, con más de 4000 hectáreas de extensión dividida en 4 sectores, uno de ellos el sector B, “Serra Da Carioca” enclave del imponente Cristo.

En su  primer encuentro —no planificado— frente a frente con la escultura, la viajera había subido en “Van oficales” por la carretera que bordea el monte. Esa mañana percibía que el trayecto hasta el morro Corcovado lo debía realizar en aquél trenecito rojo… Intuía que en el camino encontraría  parte de las respuestas a las preguntas realizadas la noche anterior. Más tarde, le informaron que el tren transportó gran parte de las piezas de la escultura durante los cinco años de su construcción, comprendiendo que la bondad del Cristo había impregnado ese vagón.

Subió al encantador tren rojo, sentándose en el lado derecho para observar la panorámica de la ciudad de Río durante los 20 minutos del trayecto. Sentía aún desasosiego, agitación; la ciudad perturbaba su alma. Una anciana se sentó junto a ella observándola con ojos infinitos… Mirada de los que se sienten poseedores de secretos ancestrales, seguridad, firmeza y bondad que proviene de la sabiduría.

Comenzó el trayecto. En pocos minutos, el vagón quedó envuelto por el bosque, árboles cuyas raíces emergían de la tierra y, confundidas, se posaban en la superficie. Quedaba atrapado el suelo por finas “tiras de madera” y oculto el cielo por la densidad de las ramas. De súbito todo se despeja y aparece al lado derecho una de las más bellas imágenes de Río de Janeiro:  la grandiosidad de aquella ciudad con largas e interminables playas, el color del agua del océano…

Una tormenta estalló en el interior de la viajera. Emociones, recuerdos, tristeza, ausencia… Rompió en llanto silencioso, imparable, incontrolable, surgía incontenible… Ese dolor tan inmenso no podía ser tan soló suyo. La anciana la miró y pronunció: “Alma Vieja, aquí está lo que más ansías, ¿no lo ves? ¿No lo sientes?».   Ella preguntó qué era aquello que debía ver y sentir: “Has olvidado por alguna decepción las necesidades del alma,  el espíritu del bosque te reta, te asfixia, te ahoga… La tormenta ya está desatada. Acuérdate; mañana visita la cascada».

Espera del inolvidable trenecito

Inolvidable trenecito

Al terminar el trayecto y volver a encontrarse con el abrazo infinito del Cristo Redentor, sintió un destello de cobardía, oyó el eco de vidas y muertes pasadas, percibió la intensidad de historias no contadas, temores de infancia, ansiedades ocultas, quejas lejanas… Miró al Cristo, y un gritó surgió entre susurros liberado de cadenas centenarias: ”No digas que no sientes, atrévete a mirarme el alma, verás reflejado el sufrimiento de quién no sabe qué le pasa, sentirás dolor profundo que enloquece, entumece y deja sin palabras… ¿No lo sientes?… No digas que no sientes y habla.

Cayó la noche y ella bajó la guardia. Por unos segundos, correspondió al abrazo eterno de la estatua …: ”Volveré mañana. Si no lo hago, te acompañaré cada noche sin importarme si vivo o muero. Has despertado una sed insaciable que devora, consume, agita, turba, altera…, mata. He de encontrar la cascada».

A la mañana siguiente, inició la ascensión andando desde el Parque Lage —hay una ruta que parte desde allí. En una caminata de dos horas y media se llega a los pies del Cristo, el último kilómetro hay que realizarlo en las Van Oficales. 

Fotografía Scott Hefti. Bosque Encantado.

Bosque Encantado.

La exuberante vegetación y los enormes árboles lo convierten en un bosque “encantado”. La viajera dio el primer paso hacia la cascada. Al Cristo solo iría si lograba calmar la sed despertada…

La necesidad lamentablemente nunca juega, simplemente es, existe, se presenta, te toma, llega y jamás permite la muy cobarde decisión de negarla.
Tratas en vano de no pensar, de no seguirla, pero ella silencia todas las palabras

Cascada Taunay. Nace de roca agrietada...rugiente.

Cascada Taunay. Nace de roca agrietada…rugiente.

En la inmensidad de “Floresta da Tijuca” encontró por fin la cascada de Taunay, una caída de 30 metros de agua entre roca agrietada, que emerge con furia contenida de agua pura que no entiende de palabras vacías. Solo vida y equilibro entre naturaleza, esencia y alma.

Ella sin saber cómo, tuvo la certeza de que ese agua curaría lo que aún ignoraba: la necesidad de ser amada. Dejó que el agua envolviera cada centímetro de su delgado cuerpo. En aquel momento sintió que de tantas vidas que tuvo nacía la ausencia que siempre la acompañaba, los recuerdos que la buscaban… Bajo ese agua percibió el verdadero amor, el que emerge de todas las cosas, distante para el que no quiere verlo, cercano para el que quiere tomarlo.

Allí surgió de su cuerpo otra cascada. Cascada de quejas, lamentos, de injusticias humanas…, cascada de vidas pasadas.  Perdió la noción del tiempo —tanto era el dolor que lavaba—. Llegó la noche y, con ella, el incumplimiento de su palabra a aquél que desde  el Morro Corcovado la miraba.

Fotografía Scott Hefti. Del dolor infinito cada mañana nace un nuevo Sol.

Del dolor infinito, cada mañana nace un nuevo Sol.

Cuenta la leyenda que una ninfa o hada canta durante el día por el bosque canciones de enamorada. Si la encuentras, no huyas, pues en su mirada verás el reflejo de tus vidas pasadas. Tan solo ten cuidado que no caiga la noche, pues quedarás atrapada y, durante el día, serás Ninfa sonriente, eterna enamorada, pero al caer la noche, tu alma estará condenada a contemplar en silencio junto a la estatua el dolor del mundo e injusticias perpetradas.  

Tu sufrimiento será tan infinito, que de él nacerá cada día un nuevo Sol… Así se forman los amaneceres según las hadas.

Allí quedó la viajera. Me pareció verla por el bosque, sonriente y enamorada… Tuve cuidado de que sus ojos no me hechizaran. A ese amor tan grande ningún alma escapa.

Fotografía Scott Hefti. Creo que la vi... procuré no mirarla, no quería ver mis vidas pasadas.

Dicen que las leyendas no son más que la suma de nuestras historias contadas…

Un abrazo,

Maica Rivera

 

Artículo publicado en Euro Mundo Global

 

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Reportaje emitido el 21 de febrero 2018 en LA RAZÓN TV

 

9 thoughts on “Leyenda del Cristo Redentor: La viajera y el abrazo

  • 9 noviembre, 2016 at 15:19
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    Wow Maica.Gran report como no podía ser llegando de tus experiencias.Gracias por compartirlo con todos nosotros.Un abrazo

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    • Maica Rivera
      6 enero, 2017 at 14:58
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      David hay experiencias que se convierten en necesidad de compartir…y lo mejor es que por el camino aparecen personas que de otro modo no conocería, personas como tú David, así que gracias a vosotros que enriquecéis mi vida! Un abrazo

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  • 30 agosto, 2017 at 09:54
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    Tremendo ,eres alma vieja maica

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    • Maica Rivera
      30 agosto, 2017 at 11:31
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      La tristeza profunda de no pertenecer a ningún lugar y la angustia de no poder enraizar en ninguna parte…almas viejas las llaman. Un abrazo y gracias por recordarme esta leyenda, hace un año en Río de Janeiro alguien me la contó, pues le recordaba a «ella». Un abrazo.
      Maica Rivera

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  • 20 abril, 2018 at 11:58
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    «… Escuchó el silencio para que las ideas encontraran el pensamiento que más tarde se convertiría en palabra….»
    Mi querida amiga MAICA… qué vidas habrás «sentido» para personalizar de esa forma tan profunda los paisajes … y sus … LEYENDAS…
    Mi visita al Cristo del Corcovado me impresionó por su tamaño… y las vistas de la ciudad… simplemente… espectaculares…
    «Recorriendo los estrechos pasillos de ese tren, de traqueteo impenitente, voy repasando la historia de las PASIONES y los DESEOS en cada vagón… como densos eslabones que los sentimientos van tejiendo en los corazones que se atrevieron a conjugar el verbo… AMAR… »
    Mis ninfas están sonrientes… siempre felices en sus bailes imposibles, con sus cabellos al viento… PROVOCANDO al pintor que las intenta capturar en el… TIEMPO…
    Ese sentimiento de desarraigo a veces me invade… ser de todas partes… y de ninguno al mismo… TIEMPO… cada uno es dueño de su destino… si naciste para estrella … nunca serás planeta…
    Tu precioso artículo me ha… ENCANTADO… tu pluma destila pura… LITERATURA… y los que te seguimos en tu singladura, tendremos la suerte de disfrutarla en tu próximo periplo por esas sudamericanas tierras… Mucha SUERTE…
    Ya sabes el refrán que reza… «si naciste para martillo… del cielo te caen los clavos»… jajajaja… así que es una obligación divina desarrollar los talentos que el AMOR nos ha regalado…
    Muchos besos y abrazos…. 💋💋💋

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    • Maica Rivera
      21 abril, 2018 at 14:08
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      …he «sentido» en mis sueños que estoy poblada de otra vidas, otros mundos…y que por ello a la Tierra no pertenezco.
      Mi querido poeta: eres inspiración y fuerza cuando el corazón, agotado y exhausto por no ser correspondido como anhela piensa en abandonar sin haber conjugado el verbo AMAR…
      Mis ninfas no sonríen, están dolidas…quizá sea por esperar lo que el ser humano no puede dar: amor de verdad.
      …Y la suerte es mía por vuestra compañía…mi pluma sin lectores se secaría, pues no se siente segura…necesita que la amen como ningún hombre a una mujer amará: con pasión incondicional. Un gran abrazo y beso estimado artista, amigo…y «musa».
      Maica Rivera

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  • 21 abril, 2018 at 15:42
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    … Mi querida, admirada y… «mimada» amiga MAICA… si el cariño de TUS seguidores NO te falta…
    Tu pluma enamorada nos llega al corazón… No somos de piedra como el del Corcovado… jajajaja… y los abrazos y besos en la distancia ya sabes que son siempre… FRÍOS…
    Es verdad que busco en tí más… SONRISAS… seguro que te hacen … FALTA… estoy dudando entre escribir menos poesía … o contarte más… CHISTES… jajajaja… para que te integres más con mis ninfas poussenianas…
    Como no puedo investigar en TUS ojos… escudriño en tus textos, analizando sintáctica y morfológicamente para convencerte de que… TE DEJES… VIVIR…
    Talento te sobra… y una fuerza de voluntad a TODA prueba… otra cosa es lo que decía Germán Copini… «malos tiempos para la lírica»… pero aquí … ESTAMOS…
    Muchas GRACIAS por considerarme tu… «MUSA»… me haré tinta para instalarme en tu… PLUMA…
    Cuando tomemos ese CAFÉ «discutiremos» la existencia de la pasión incondicional…
    … como el del misterio del Santo Grial… jajajaja
    Te agradezco enormemente que respondas a TODOS los comentarios… nos mimas … DEMASIADO… jeje
    Tenemos que ir perfilando el argumentario de la novela que desarrollará los motivos que mueven al DESEO y a la PASIÓN para confundir al… AMOR…
    ÁNIMO… Muchos besos y abrazos… 💋💋💋

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    • Maica Rivera
      22 abril, 2018 at 05:09
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      …serás tinta que enloquecerá mi pluma y el papel plasmará la tormenta que despiertas en mi alma. Mi querido artista, la existencia del Santo Grial…su búsqueda es una de las misiones más sagradas, así como la del misterio de la pasión humana. Cuando tomemos ese café te contaré cómo «escudriño» cada rincón de una Tierra que me tiene cautivada…
      …y soy yo la «mimada», no podría enfrentarme a la madrugada sin una letras escritas solo y exclusivamente para una chica de la vida enamorada…y por ella atormentada. Gracias Agustín. Un gran abrazo y beso.
      Maica Rivera

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  • 22 abril, 2018 at 13:27
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    «…serás tinta que enloquecerá mi pluma y el papel plasmará la tormenta que despiertas en mi alma….»…
    Ya me dirás cómo se duerme tranquila y reposadamente…
    después de que esta borrascosa…
    e impetuosa POESÍA …
    invada dulcemente
    mi febril y apasionada… MENTE..
    Gracias… provocaré esa poesía que escribirás en las playas de Neruda… y en la cima de esos faros «finisterres»… y la plasmarás en un poemario libro que nos dedicarás en las Ramblas… a cambio de una rosa…
    Definitivamente creo que el tren del Corcovado está… HECHIZADO… subíamos para ver tranquilamente una panorámica de la ciudad… el Paõ de Açúcar… y acabamos con nuestras «proesías» enlazadas… enrroscadas y… enmarañadas en un bucle sin… FÍN de pasiones … desenfrenadas… definitivamente la poesía es… PELIGROSA… y debe de ser… PROHIBIDA y ERRADICADA…jajajaja
    Que tus próximos viajes nos los cuentes SRNTIDO y BONITO, como siempre…
    Te acompañaremos en tu singladura pensando… «qué SUERTE la tuya»…
    hacer de TU vida
    una permanente AVENTURA…
    Muchos besos y ABRAZOS… 💋💋💋

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