Chile, Punta Arenas y Grandes Veleros

Chile, Punta Arenas y Grandes Veleros

13 de mayo del 2018

Punta Arenas: la última ciudad continental del mundo o la puerta de entrada al Antártico. Ambas expresiones la definen. Tan solo hay que decidir que entendemos por «mundo».

La urbe, es descrita como el fin del mundo. Así sería si se piensa en conexión a Internet o facilidad para adquirir cierto tipo de productos. Pero la vida, el planeta y el orbe poseen un significado mucho más profundo, y, en él, tierra, mar y aire son protagonistas absolutos. Son los tres elementos que reinan sin lugar a dudas en esta ciudad. 

Con esa perspectiva, Punta Arenas no sería el fin, sino un principio, un acceso a la Antártida, la última superficie de la Tierra en ser descubierta por el hombre y, por ello, un lugar que despierta los sueños de los viajeros más atrevidos.

Se considere como se considere, la ciudad desprende cierta magia y romanticismo, pues al igual que toda Chile es tierra de marinos… y el mar siempre ha seducido a la humanidad.

“Ningún marinero se hizo experto en aguas tranquilas”

La región de Magallanes –una de las quince provincias de Chile– de la que es capital Punta Arenas, alberga y protege maravillas naturales como el parque nacional Torres del Paine, la isla Tierra del Fuego, o el estrecho de Magallanes, única ruta marítima segura antes de la construcción del canal de Panamá para el paso entre los océanos Pacífico y Atlántico.

Por todos los tesoros que Chile encierra se dice que en ella se observan fenómenos que no existen en ningún otro país, y que su geografía, en la que coexisten glaciares, volcanes, cordilleras y desierto, curtió el alma chilena dotándola de firmeza e independencia.

«…Chile es una isla frente al océano Pacífico y su cordillera una gran ola que no llega a romper nunca».

Así es Chile, amante del mar al que tiene gran respeto y compañera inseparable de los marineros.

Quizás por ello, junto con la Armada Argentina en 2010, la Armada de Chile decidió organizar el primer encuentro Internacional de Grandes Veleros, en un homenaje a las difíciles aguas de los dos océanos que la enseñaron a navegar: “ningún marinero se hizo experto en un mar en calma”.

Es en Punta Arenas y toda la zona magallánica donde se refleja la dureza climatológica de la superficie llamada “fin del mundo”, en ella, los doscientos años de la Armada de Chile, darían para escribir un libro. 

Velas Latinoamérica 2018: Grandes Veleros

Los Grandes Veleros, todos buques escuela, navegan conjuntamente durante meses tomando sus decisiones bajo el concepto de la «independencia» marina: el mar es autárquito de la tierra y como ley la seguridad es la única.

Un ejemplo de ello en esta tercera edición –se celebra cada cuatro años– ha sido la suspensión de bordear el Cabo de Hornos. El riesgo de daño a las naves debido a la existencia de fuertes vientos y oleaje, unido a la presencia de icebergs, les hizo cambiar la ruta. Accedieron al Puerto de Punta Arenas a través del Estrecho de Magallanes.

Las aguas que separan América de la Antártica y a la vez unen los océanos Pacífico y Atlántico, son muy peligrosas para las embarcaciones de vela, pero en ellas, Chile, el país más cercano a la Antártica, y dentro de esta a la zona llamada Polo Sur –no explorada hasta el 1911–, ha formado a su marina.

En parecidas situaciones, es decir, en imprevistos, se extraen de las experiencias enseñanzas para futuros marinos.

Es el objetivo del evento en sí mismo, intercambio de conocimientos, de culturas y de trabajo en equipo. Por ello, entre puerto y puerto, se intercambia la tripulación de los buques: oficiales, alumnos y cocineros conviven aportando y recibiendo todo tipo de información, adquiriendo así gran sentido e importancia esta conmemoración de los primeros actos de independencia en Sudamérica.

…Aunque en el mar no hace falta mayor «sentido» que recordar que cuando se creía que la Tierra era plana hubo quienes todo lo arriesgaron para desmentirlo: Colón, Magallanes… Cuando el ser humano navega es viajero impenitente que no teme a lo desconocido. Ni necesita describirlo.

La Esmeralda: el buque escuela de Chile

El puerto, en la distancia, asemeja la imagen de otra época, otro tiempo, otro mundo.

Resaltan en el cielo gris de Punta Arenas los mástiles y las velas plegadas que indican el reposo de los navíos; las banderas orgullosas revelan la procedencia de remotos lugares del mundo.

La escasa luz de la ciudad, la interminable lluvia y el frío, envuelven la escena enmarcando cada detalle y haciendo del momento un recuerdo inolvidable y único.

El mar en Chile es tan impredecible que el buque escuela es como un templo para el chileno marino. En él se enseña a surcar los mares como hacían los antiguos; en él se sueña y en él se doma el temor a nosotros mismos.

En el tramo que une el muelle con el barco, la tripulación, mediante una cadena humana repone productos alimenticios –arroz, leche, legumbres…– de mano en mano hasta llegar a las cocinas. Nada detiene su ritmo. El paso, estrecho, no lo parece cuando me dirijo hacia el interior de La Esmeralda. Es como si los marinos me hubieran cedido por unas horas el privilegio de no necesitar mucho, y, entre ellos, y al igual que ellos, sin vacilar camino.

La Esmeralda

En su interior, un largo pasillo, camarotes. La altura del techo provoca que inevitablemente se acelere el pulso. La madera transpira, huele a mares y océanos. Se percibe intenso sentimiento de devoción a este mundo en los gestos, en los ojos…, en cada detalle de aquellos con los que me cruzo.   

Subo y bajo escalones que, por su pequeña superficie, son un desafío, aunque de manera intuitiva me voy agarrando a soportes que descubro. El buque tiene más de sesenta años, décadas de navegación en las que se ha impregnado del mar y de su hechizo.

Ya en cubierta, y desde el puente de mando, miro al horizonte. Golpea la fuerza del viento, el movimiento del oleaje y el impacto del agua que cae. Emocionada, Mundo, percibo que antaño en este barco y otros parecidos muchos salieron a buscarte, a explorarte, a conquistarte… desafiando creencias y peligros.

Ahora mismo, Mundo, no escribo solo por mí, sino por todos los viajeros que atravesaron tus océanos y mares, por todos aquellos aventureros a los que tentaste y por todos los soñadores a los que te entregaste… Sin ellos hoy tú no habrías existido. Por todos ellos a Punta Arenas he venido.

Y aquí, frente al mar, vuelvo a recordar una frase: “he atravesado océanos de tiempo para encontrarte”… 

Fue hace más de veinte años. Desde entonces jamás he dejado de pensarte… Desde aquel momento yo te escribo.

Un abrazo.

Maica Rivera

Con la colaboración de Sernatur (Servicio Nacional de Turismo de Chile)

Reportaje emitido el 17 mayo 2018 en LA RAZÓN TV

Este artículo se publicó el 18 de mayo 2018 en edición impresa a nivel nacional en LA RAZÓN

 

 

 

 

15 thoughts on “Chile, Punta Arenas y Grandes Veleros

  • 13 mayo, 2018 at 12:29
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    Punta Arenas es la ciudad más austral del mundo. Has tenido que ver paisajes que no te dejan respirar de lo increíbles que son.
    Que disfrutes de tu viaje y que regreses con una nueva visión mucho más completa del mundo.
    Siempre es un placer leerte amiga.
    Te mando un fuerte abrazo

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    • Maica Rivera
      13 mayo, 2018 at 15:44
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      Querida Berenice:
      … he recorrido distancias que «no» existen… y he visto paisajes que no logro explicarlos; su belleza es indescriptible y solo te puedo decir que algún día vengas a verlos. Chile es lugar para visitarlo. Continuo mañana mi viaje, hacia el desierto de Atacama… ya sabes que yo siempre seguiré viajando. Un gran abrazo desde Punta Arenas.
      Maica Rivera

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  • 13 mayo, 2018 at 12:36
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    «… en él se sueña y en él se doma el temor a nosotros mismos….»

    Tú artículo de hoy me trae a la memoria la larga travesía marítima desde BRASIL a tierras españolas… mucho oleaje… peces voladores… probar por vez primera el agua salada de su piscina… interminable cielo… e infinito mar… claro que en él se … SUEÑA … pero también se aprende a … VOLAR…

    Somos lo que soñamos… y también lo que logramos hacer… REALIDAD…

    Esos buques escuelas… como nuestro Juan Sebastián Elcano… lleno de cicatrices por las sirenas del mar … BESADAS… TU en esa cubierta «parecés» tener envidia de las NINFAS -ora tranquilas ora tormentosas-… por AMOR desatadas…
    Magnífico artículo mi querida amiga MAICA… Enhorabuena… nos obligas a ser MUNDO para ser por tí… PENSADOS… Jajajaja
    Muchos besos y abrazos… 💋💋💋

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    • Maica Rivera
      13 mayo, 2018 at 15:37
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      Mi querido e intuitivo artista:
      Sí, estoy perdidamente enamorada del mundo desde hace años y él me lleva a cometer locuras de no dormir para «pensarlo», para escribirlo, para amarlo… pues aunque el sol muere al ocaso yo me niego a ello y quiero seguir brillando… Mientras medio planeta duerme yo apenas lo hago ya que el otro medio está despierto…y necesito iluminarlo. Caballero, hombre y poeta…el amor consume y a mí me esta pasando, no puedo controlarlo.
      Desde Punta Arenas, de la que mañana ya marcho, te envío un fuerte abrazo.
      Maica Rivera

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  • 13 mayo, 2018 at 12:43
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    Un lugar único en Chile.

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    • Maica Rivera
      13 mayo, 2018 at 15:47
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      Rubén:
      Es un lugar único en el mundo, donde la visión de sus paisajes desvela la belleza del mundo que habitamos. Un abrazo.
      Maica Rivera

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  • 13 mayo, 2018 at 12:45
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    Que lugar maravilloso!

    Reply
    • Maica Rivera
      13 mayo, 2018 at 15:49
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      Salomée:
      He intentado describirlo, pero creo que no he conseguido «alcanzar» plasmar todo lo que se siente al contemplarlo… Desde Chile u fuerte y sincero abrazo.
      Maica Rivera

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  • 13 mayo, 2018 at 13:05
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    Tiene que ser una experiencia única.
    Artículo interesante

    Reply
    • Maica Rivera
      13 mayo, 2018 at 15:52
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      Anna:
      Gracias! Es una experiencia tan maravillosa que no podría silenciarlo… por eso escribo y escribo… a ver si consigo en el papel plasmarlo. Un gran abrazo desde Chile.
      Maica Rivera

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  • 13 mayo, 2018 at 13:11
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    Una experiencia extrema y fascinante en el fin del mundo.
    Precioso!

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    • Maica Rivera
      13 mayo, 2018 at 15:54
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      Rachel:
      Fascinante…muy bien expresado! Punta Arenas es el fin del mundo y aquí todo es extremo…y mágico. Un enorme abrazo desde Chile.
      Maica Rivera

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  • 13 mayo, 2018 at 23:36
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    Good evening Maica,
    I’m wondering, how am I supposed to say something about Chile … where I wasn’t even in Berlin:) Well, I know it’s in South America and they speak Spanish there and occasionally I read a few other things about Chile … But in this case, I only will send you, greetings of friendship … take care of yourself.
    A hug
    Vera

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    • Maica Rivera
      14 mayo, 2018 at 01:05
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      My dear Vera:
      Surely from Chile you know more than you imagine. It is the country of Pablo Neruda … of poetry. Of seas, volcanoes, deserts … of my dreams. My dear friend, thank you for your written words. A big hug.
      Maica Rivera

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  • 19 mayo, 2018 at 18:33
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    Hello Maica,
    of course I do not know how far your trip has brought you … but it’s weekend, and I feel the time to send a greeting to you. No news to beautify my life? Perhaps … i do exaggerate a bit now 🙂
    Ok, I’m a little curious … and …
    a big hug
    take care of yourself
    Vera

    Reply

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