Karnak; el templo más grande de Egipto. La leyenda del escarabajo egipcio

Karnak; el templo más grande de Egipto. La leyenda del escarabajo egipcio

3 de septiembre del 2017

Karnak; el templo más grande de Egipto. La leyenda del escarabajo egipcio

Existen vínculos que nos conectan con la Antigüedad, pero que, inaprensibles, ocultan aquello que queremos encontrar: el origen de la humanidad. 

                                                                                                                                                                                                                          

Situado en Luxor, el templo faraónico de Karnak ostenta el título de ser el más grande de Egipto. La ciudad, ubicada a orillas del Nilo y levantada sobre las ruinas de la antigua urbe de Tebas, ha sido testigo de milenios de culto divino.

La visión politeísta de la antigua civilización egipcia, así como la relación humana que en aquella época se mantenía con las deidades, llevaron al levantamiento de numerosos recintos sagrados.

…Los dioses moraban en la tierra. Sus templos, a los cuales los fieles no podían acceder, no eran lugares de oración, sino residencias sagradas donde ellos, inmortales, servidos y adorados por sacerdotes, vivían ejerciendo sus funciones para mantener el orden divino impuesto en La Creación. 

Superó la transcendencia de las pirámides

Nunca se ha establecido una fecha definitiva que indique la finalización del inmenso recinto religioso de Karnak, pues debido al continuo interés de los que gobernaban por dejar «huella» en su construcción, jamás se dio por terminado. El templo superó durante milenios la trascendencia de las pirámides de Guiza,  y en él intervinieron desde el inicio de su levantamiento –año 2200 a.C– hasta la última actuación en el 360 a.C., más de treinta faraones…

…Los santuarios eran vehículos de perpetuidad para la gloria de los soberanos, que sentían que una parte de ellos viviría eternamente al grabar sus nombres e imágenes en las paredes edificadas durante su mandato.

Jeroglíficos relatan la historia de una civilización

Al convertirse Tebas en la capital del Imperio, sus lugares de culto cobraron una gran importancia, por lo que dotarlos de magnificencia para demostrar el poder de la ciudad se convirtió en prioridad para su evolución. La exigencia de los faraones a los arquitectos de ampliar y mejorar el templo llevó a estos y a sus capataces a destruir y reutilizar partes del conjunto ya construido, dando lugar a una disposición y estructura en la «infinita» obra de difícil explicación.

El conjunto de Karnak consta de tres espacios de culto separados. El más grande, consagrado a Amón, está en el centro y ocupa una extension de unas treinta hectáreas. Los otros dos están dedicados a la diosa Mut –esposa de Amón– y a Montu, un antiguo dios local considerado hijo adoptivo de ambos, aunque este no aceptó y Mut decidió adoptar a Jonsu. Padre, madre e hijo eran las divinidades que conformaban la triada de Tebas.

La riqueza y la importancia del templo de Amón es difícil de concebir, llegando la autoridad de sus sacerdotes a sobrepasar en ocasiones la del propio faraón. La cantidad de tierras e ingresos que el alto clero recibía de las ofrendas en el santuario causó que a finales del Imperio Nuevo sus cargos fueran hereditarios y no por elección de aquel que se consideraba delegado de dioses y se honraba con devoción…

…Y allí donde habitaba Amón –la más poderosa deidad de Tebas– acudía a orar el faraón. Podría decirse que dios iba a adorar a dios. Frente a frente, el poder de la representación de las divinidades en la tierra y el del Gran Creador. Se creía que ambos se postraban mutuamente demostrándose respeto y admiración.

Avenida de esfinges preceden a la entrada

Sacerdotes, escribas, contables, físicos, profesores, artistas…,todos ellos tenían su función. Más de veinte mil personas al servicio de la deidad de Amón-Ra –su identidad se fusionó con el dios Sol, Ra– en su momento de máximo esplendor.

El mayor templo que Egipto creó

Una avenida de cuarenta esfinges con cabeza de carnero y cuerpo de león precede a dos colosales pilonos que flaquean el acceso principal tras el cual, un inmenso patio alberga a la izquierda la grandiosa estatua de Pinedyem, sumo sacerdote de Amón.

Frente a esta sala hípetra –lugar que no está cubierto por un techo– se alza la parte más monumental de todo el conjunto: la sala hipóstila.

El pétreo «bosque» sobrecoge por su descomunal y soberbia grandiosidad. Fascina y desconcierta encontrarse entre más de un centenar de columnas que hace milenios con rudimentarias técnicas el ser humano allí colocó.

Con más de cinco mil metros cuadrados, el espacio contiene ciento treinta y cuatro columnatas. De ellas, doce centrales más anchas elevaban el techo, ahora destruido, a veintitrés metros de altura. Toda la estancia asemejaba inmensa arboleda en penumbra para dar refugio a la intimidad del dios.

A esta sala ya no tenía acceso el pueblo, pero sí la clase dirigente del país, aunque ni siquiera esta élite podía continuar a las siguientes zonas del templo, pues estaban reservadas tan solo para el faraón y los sacerdotes…En ellas se practicaban ocultos ritos de ofrendas a Amón.

Como material se utilizó la piedra tallada, recurso que Egipto poseía en abundancia, y, así, junto con tal elección, protegían de los estragos del tiempo la construcción…Aunque no contaron con la tendencia del hombre a la destrucción.

El poder y la salvación del Cosmos emanaban de Karnak y del dios Amón…La sala simbolizaba el concepto de la Creación según las creencias del Antiguo Egipto.

Elevaban el techo a veintitrés metros de altura

Figuras, ornamentos y jeroglíficos unidos a la proximidad de la piedra una con otra hacen experimentar cierta ansiedad y desazón…Temblor por la insignificancia del ser humano frente a la divinidad de aquel que creó el Universo y al que se le debía sumisión.

Se convirtió en vivienda de pobres, e incluso en establos

Patios, pilonos y obeliscos –símbolos del dios Sol– para honrar y engrandecer el poder de las deidades de una cultura que fue la mayor potencia que el mundo antiguo conoció. Imposible describir uno a uno cada templo, cada dios o cada rito que Karnak albergó.

Múltiples estancias, almacenes y lugares de culto se fueron incorporando durante siglos conformando este enorme conjunto del que aún hoy quedan restos cubiertos esperando a ser extraídos, pues la arena del desierto los sepultó…Fue la condena impuesta al hombre cuando Tebas fue olvidada y a los dioses no se adoró.

Los extranjeros que conquistaron Egipto –griegos, romanos y después cristianos–, no valoraron un pasado que abandonado quedó.

…Los templos se convirtieron en viviendas de pobres e incluso en establos, y sus piedras talladas en material para nuevos levantamientos que destruyeron la memoria del poder que en aquel lugar existió.

El lago sagrado que para los egipcios era imagen del océano primordial del que «surgió» el mundo, se convirtió en testigo de lo que allí sucedió…Sus aguas proceden de corriente subterránea perteneciente al Nilo, el cual, durante milenios, fue la mejor defensa de Egipto. El río proporcionaba riqueza, comida y protección, ya que, por su situación, aislaba al país de los enemigos…

…Más allá de su valle, el desierto se extendía a lo largo de miles de kilómetros. En su desembocadura, el mar Mediterráneo, y en la parte sur, peligrosas cataratas…El espíritu del Nilo, el gran defensor, el mayor don de Egipto.

Un ritual que es un vínculo con el pasado 

Frente a la «piscina» sacralizada se encuentra sobre pedestal cilíndrico un gran escarabajo de granito rosa. En su cara frontal, tallado en relieve completamente hundido, dice explícitamente: «Khepri, que se eleva desde la Tierra». Jepri o Khepri era una divinidad símbolo de la vida eterna.

El escarabajo significaba la protección tanto en la vida como en la muerte…La superstición egipcia cree que dar siete vueltas a esta figura en sentido contrario a las agujas del reloj a la vez que se contemplan las sagradas aguas del estanque es atraer a la buena suerte como inmortal compañera, escapando de la muerte sin ninguna condición. Insecto y dios en Karnak se han convertido en leyenda de fuerte convicción. Inicio el rito de invocación…

 

Increíble soledad…

…Comienzo a rodear lo que en otra época fue considerado deidad. En la primera vuelta, mi mente escéptica solo medita acerca de la soledad de este lugar…El miedo ha cohibido al turismo y  Egipto no sabe como volver a hechizar.

En la segunda vuelta…,como si el tiempo diera marcha atrás, empiezo a olvidar.

En la tercera…,el polvo del desierto parece «pesar», y mi piel comienza a secar.

A la cuarta…,un recuerdo: hasta Alejandro Magno cuando victorioso la tierra de Egipto invadió, intentó restaurar la belleza de las construcciones que a pesar de la destrucción allí percibió. No es posible quedar inmune al poder de seducción de la pasión con la que esta cultura edificó.

Quinta vuelta…Otro gran conquistador, Napoleón, fue quién despertó el interés del mundo por la grandeza de la arquitectura que en Egipto encontró. Quedó cautivo de la belleza de un país que a trozos a Francia llevarse intentó.

Sexto giro…Sin poder evitarlo, mi mirada se desvía a la piedra arenisca con la que este templo se alzó. Según la luz del astro rey, el conjunto puede pasar de una especie de rosa a un radiante color oro previo al ocaso que despide al día y con él al sol que es el causante de esta visión. Me siento privilegiada, pues antaño el santuario estaba pintado y tan bellos contrastes eran de imposible contemplación.

Séptima y última vuelta que en realidad no quiero finalizar, pues las palabras perpetuo e infinito ligadas a la vida eterna están, y ellas describen este lugar: perpetuo e inmortal. No quiero tener como compañera a la fría inmortalidad.

Es entonces cuando percibo que inconscientemente no realicé de manera correcta el ritual. Mi movimiento de rotación no fue opuesto al desplazamiento de segundos, minutos ni horas como indica la tradición, sino que acompañó al tiempo en su normal transcurrir sin ningún cambio de dirección…Giré en el mismo sentido que las agujas del reloj. Quizás así, la suerte del escarabajo aburrida de su soledad busque a Egipto. El país necesitado de ella está.

Un abrazo.

Maica Rivera

 

La proximidad de una piedra con otra llega a causar aprensión
El escarabajo era adorado como a un dios
Las esfinges de la entrada tienen cabeza de carnero y cuerpo de león
El lago sagrado se alimenta de las aguas subterráneas del río Nilo
Los obeliscos eran símbolos del dios Sol
Según la posición del sol, el conjunto pasa de una especie de rosa a un radiante color oro

7 thoughts on “Karnak; el templo más grande de Egipto. La leyenda del escarabajo egipcio

  • 3 septiembre, 2017 at 17:58
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    Hello Maica, I’m just sitting in my office and watching, that cars and motorcycles pass by … on my iPad I can admire the beautiful pictures of your travels, and I really would like to disappear, from here. But life is not a dream but reality. So when I come home late as always, I’ll try to dream my dream of life.
    A great hug Vera

    Reply
    • Maica Rivera
      3 septiembre, 2017 at 19:14
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      Dear Vera, are you working on a Sunday? I hope that one day travel without thinking of office or any obligation, even for a brief period of time you must rest. A hug.
      Maica Rivera

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  • 3 septiembre, 2017 at 21:20
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    Que bonito lo dices siempre, un pais que cautiva y su misterio que el escarabajo te de mucha suerte un abrazo y un beso te quiero mucho Maica…

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    • Maica Rivera
      4 septiembre, 2017 at 07:11
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      Antonio, cierto es: Egipto cautiva. Creo que todos nosotros, en algún momento de la vida buscamos una conexión con el pasado y créeme que allí –se palpa en el aire–, milenios de historia nos hacen pensar que el hombre para «todo» está capacitado. Un gran abrazo y cuídate mucho amigo mío!!
      Maica Rivera

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  • 3 septiembre, 2017 at 22:09
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    Oh, how nice Maica, now I have the email which belongs to this legend, synonymous still get … Thank you! A big hug and good night … now finally at home Vera

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  • 10 octubre, 2017 at 12:57
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    ¡Buen artículo! De veras, he estado leyendo tu blog y creo que compartes un buen contenido de calidad. Me sorprende que no tengas más comentarios, buen trabajo.

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    • Maica Rivera
      10 octubre, 2017 at 19:23
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      Gracias Cristina! Tus palabras son una caricia! Considero tu comentario de «gran calidad» para impulsar mi ánimo y amor por la escritura. Un gran abrazo.
      Maica Rivera

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