He tenido el privilegio este año de vivir la experiencia de formar parte del jurado de los Patios de Córdoba, y quisiera compartir cómo el «alma» de estos rincones, cuya tradición de abrir anualmente sus puertas al visitante cumple ya casi 100 años, puede llegar a emocionar a cualquiera que se pierda entre sus aromas, […]
He tenido el privilegio este año de vivir la experiencia de formar parte del jurado de los Patios de Córdoba, y quisiera compartir cómo el «alma» de estos rincones, cuya tradición de abrir anualmente sus puertas al visitante cumple ya casi 100 años, puede llegar a emocionar a cualquiera que se pierda entre sus aromas, colores y esa luz tan especial que tienen nuestros patios.
Yo, como la mayoría de los cordobeses, había visitado anteriormente los de más reconocimiento mediático. Por supuesto disfrutaba de la belleza de sus plantas, pero no ha sido hasta este año, cuando he conocido y «palpado» el incalculable valor inmaterial de estos sitios. No sé cómo explicar todas las emociones que he sentido en cada patio, sus cuidadores me trasmitían el esfuerzo anual de mantenerlos, su dedicación sin esperar nada a cambio. Era entrañable cuando estas personas, la mayoría de avanzada edad, explicaban lo que implicaban seguir viviendo en estas casas y mantener la tradición de conservar esta zona común de los vecinos, donde antiguamente se cocinaba y lavaba la ropa, donde la gente convivía y compartía, creándose lazos de unión entre sus habitantes. Eso, para mí, es el valor de esta fiesta declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, esta forma de vida cordobesa es la que explica el porqué el patio es el corazón de la vivienda.
Nunca olvidare los Patios del 2015, me siento tan afortunada por esta experiencia –es increíble la hospitalidad de esta gente y su generosidad–, que necesitaba dar las gracias públicamente a todos lo que hacen posible esta fiesta, a todos los que tan pacientemente me han explicado la historia de cada patio, y han conseguido que me emocione con la magia y paz de estos sitios.
Un abrazo – Maica Rivera.
2 thoughts on “Maica Rivera: Jurado Patios de Córdoba 2015”
Cuando por casualidad Maica te cruzaste en mi camino caminabas por tierras chilenas y desde ese momento hasta ahora me he limitado a seguirte por allá arriba, como si esa espuma de una cerveza bien tirada se tratara.
Pero como me gusta conocer a fondo con quien tengo un bonito trato, me he planteado rebobinar a tus orígenes y creo que este de los patios cordobeses es ese punto de partida buscado.
Aunque de fotografía anda más bien escaso, me he dejado llevar por la imaginación y a cada línea de tu texto un tiesto he plantado con un geráneo, bien sencillo, bien doble, bien de hiedra para dejarlo adornando.
De las plantas soy un enamorado y a lo largo de mi vida en las terrazas donde he vivido y en la actual donde habito, siempre macetas y jardineras con plantas he tenido y tengo, eso si he de reconocer, que si bien escogidas y plantadas con mis manos, el cuidarlas ha sido y es por mi madre, para que negarlo.
Como por aquellas tierras cordobesas, el geráneo siempre ha sido la principal planta que hemos tenido.
El último censo llegaba a doscientas; aunque por salud de mi madre y este invierno pasado, mi descuido sea el culpable que ese mi patio este algo menos poblado.
Como por aquí me resulta imposible mostrate alguna imagen del mismo.
Maica, ahora te toca a Tí darle a tu imaginación y ponerle imagen y color a lo comentado.
Por último simplemente apuntar que aquí comienza mi caminar comentando tus fragmentos de vida en esta curiosa máquina del tiempo.
Ángel:
Imagino doscientos geranios… y el trabajo de cuidarlos… así como estás «cuidando» nuestro bonito trato al dedicar tiempo a conocerme. Gracias.
Ángel, leeré cada uno de tus comentarios aunque contestaré brevemente, pues apenas tengo tiempo para escribir nuevos artículos y debo de hacerlo… No obstante, no olvides que te leo atentamente, y que a través de tus mensajes te iré conociendo… Una vez más, gracias, por tu tiempo, por tu sinceridad… y por tu sensibilidad. Es para mí un gran regalo Ángel. Espero que la salud de tu madre haya mejorado y que esta primavera florezca al igual que tus plantas… Un gran abrazo.
Maica Rivera
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. AceptarLeer más
Política de cookies
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Cuando por casualidad Maica te cruzaste en mi camino caminabas por tierras chilenas y desde ese momento hasta ahora me he limitado a seguirte por allá arriba, como si esa espuma de una cerveza bien tirada se tratara.
Pero como me gusta conocer a fondo con quien tengo un bonito trato, me he planteado rebobinar a tus orígenes y creo que este de los patios cordobeses es ese punto de partida buscado.
Aunque de fotografía anda más bien escaso, me he dejado llevar por la imaginación y a cada línea de tu texto un tiesto he plantado con un geráneo, bien sencillo, bien doble, bien de hiedra para dejarlo adornando.
De las plantas soy un enamorado y a lo largo de mi vida en las terrazas donde he vivido y en la actual donde habito, siempre macetas y jardineras con plantas he tenido y tengo, eso si he de reconocer, que si bien escogidas y plantadas con mis manos, el cuidarlas ha sido y es por mi madre, para que negarlo.
Como por aquellas tierras cordobesas, el geráneo siempre ha sido la principal planta que hemos tenido.
El último censo llegaba a doscientas; aunque por salud de mi madre y este invierno pasado, mi descuido sea el culpable que ese mi patio este algo menos poblado.
Como por aquí me resulta imposible mostrate alguna imagen del mismo.
Maica, ahora te toca a Tí darle a tu imaginación y ponerle imagen y color a lo comentado.
Por último simplemente apuntar que aquí comienza mi caminar comentando tus fragmentos de vida en esta curiosa máquina del tiempo.
Ángel:
Imagino doscientos geranios… y el trabajo de cuidarlos… así como estás «cuidando» nuestro bonito trato al dedicar tiempo a conocerme. Gracias.
Ángel, leeré cada uno de tus comentarios aunque contestaré brevemente, pues apenas tengo tiempo para escribir nuevos artículos y debo de hacerlo… No obstante, no olvides que te leo atentamente, y que a través de tus mensajes te iré conociendo… Una vez más, gracias, por tu tiempo, por tu sinceridad… y por tu sensibilidad. Es para mí un gran regalo Ángel. Espero que la salud de tu madre haya mejorado y que esta primavera florezca al igual que tus plantas… Un gran abrazo.
Maica Rivera