Observar momentos en los que “parece que no pasa nada y pasa la vida”, frase del fotógrafo Marc Riboud (quien aprendió el arte de la fotografía de forma autodidacta), se está definiendo como mi hobby.

No puedo dominar esta “tendencia” mía de “ver lo que está pero nadie ve … y contarlo”

Esto no significa que durante los desfiles en Fashion Week no haya tomado nota de las próximas colecciones, colores, texturas, inspiraciones de los diseñadores, pero mi “vocación” hace imposible no captar todo el entorno, el mismo que en otros eventos a los que tengo la suerte de poder asistir y la habilidad (y la suerte) de poderlo contar después.

Está de moda el concepto “hobby personal” sin llegar a tener conciencia de que un hobby nace de una vocación (Eso son palabras mayores, ¿no?). Se relaciona con algo que no puedes evitar hacer: “por vocación ingresó en un convento”. Dicho así, hobby adquiere una importancia en la que se plantea la poca elección que tenía la citada persona.

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La vocación puede dominar tu vida

¿Quién no se ha preguntado alguna vez de qué viven los miles (millones quizás) de bloggers, influencers o “nuevos emprendedores”?

Lo cierto es que ya sea por una realidad “que está pero nadie ve” o que nadie quiere ver —en la que estoy de acuerdo con Juan Ignacio Crespo, economista que predijo la crisis, en la que se percibe y palpa que aún estamos inmersos en ella— o por la nueva tendencia de buscar calidad de vida (que es la mayor “tendencia” que observo en mis viajes por el mundo), el caso es que la mayoría de personas que asisten a estos eventos no obtienen remuneración. Es más, les supone un gasto de estancia, dietas, etcétera, sin saber siquiera si les permitirán la entrada

En el ciberespacio de la Fashion Week, donde “cuentas andantes” de Instagram y/o Twitter con mirada ansiosa preguntan por doquier por pases de sobra para algún desfile, he llegado a reconocer a los verdaderos influencer, y que no son otros que los patrocinadores del evento en sí.

Todo lo demás, creo que es “aire” y vocación.

Esta descripción del entorno no proviene de un sentimiento de superioridad (ni mucho menos), sino del conocimiento personal y certeza de las decisiones que en esta vida, a veces, adoptamos sin poder ni querer evitarlo. La mía fue hace tiempo: viajar, cuestionar, escribir, vivir. Y “vida” engloba todo para mí: Arte, Historia, moda, gastronomía. Me atrevo con cualquier temática, todo me resulta interesante y tal vez a través de mis vivencias alcanzo el objetivo de cualquier escritor: “tocar” al lector.

Lectores que comiencen a leerte y quieran terminar el texto… No es fácil, como tampoco lo es hacer rentable un hobby.

Estos días, entre desfile y desfile, he visto cómo la búsqueda de la felicidad es innata en el ser humano. Entre bloggers e influencers, y gracias al tiempo que han dedicado a responder a mis preguntas, es posible que pueda contestar a algunas cuestiones que circulan por las redes:

• Tengo 10.000 seguidores en Twitter, Instagram. ¿Es posible rentabilizarlo?
• ¿Qué diferencia hay entre la cuenta de “Dulcinea” y la mía?
• ¿Cómo lograr seguidores?
• ¿Hasta qué punto debo de apostar por “mi proyecto”? ¿Cuándo debo parar? ¿Qué precio estoy dispuesto a pagar?

Son muchas preguntas sin respuesta objetiva:

1- ¿Qué entiendes por rentabilizar?

La mayoría de los que facturan tienen esto como hobby con el que consiguen unos“ingresos extra”, pero ni por asomo nada estable con lo que poder contar a final de mes.

2- “Dulcinea” y tú: ¿La diferencia?

Rotunda: el equipo profesional del que se rodean estos influencers de éxito. Difícilmente podremos acceder a tenerlo. Escritores, editores, estilistas, fotógrafos. Ella es buena (no lo pongo en duda), consigue ser enigmática, atractiva, carismática, pero “buenos” hay miles.

Consiste en hacerse ver, y para eso es necesario un equipo de profesionales. Así contesto a la otra pregunta, los seguidores serán proporcionales a tu “presencia” en las redes, algo a lo que hay que dedicarle muchísimo tiempo. Es agotador y corres el riesgo de que tu vida llegue a ser “virtual”, tomando tan sólo contacto con la realidad en el frío momento en el que publicas esa foto con la que luego “alimentar” las redes todo el día.

3- ¿Poner límite a la inversión de tiempo y dinero de nuestros sueños?

Ésta es una pregunta cuya respuesta está en el interior de cada uno. Factores como circunstancias familiares, profesionales o personales son los que deben determinar si pones límites a “tu locura”. Visto desde fuera, a veces se considera “locura”; visto desde dentro, sería una locura “ir contra natura”.

Las personas que pacientemente han contestado a todas mis preguntas, que han prestado su experiencia en este mundo virtual para sacar unas conclusiones globales, también están dispuestas a contestar a las vuestras. Porque si algo tienen en común aparte de perseverar en sus proyectos, es la generosidad con la que comparten su conocimiento.

Han autorizado que se pongan datos y cuentas, conscientes de la soledad que a veces conlleva perseguir un sueño. Sabedoras de que para muchos las redes son “el sueño”:

Ana Dominguez. Directora de la plataforma “Fashion Ladies”: @anadom75
Twitter Fashion Ladies: @FashionLadiesES
Instagram Lynn Quanjel: @whoisthatblonde
Twitter Paloma Sadki: @PalomaTrends
Twitter Julia Serrano: @byjuliaserrano

Un abrazo,

Maica Rivera

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Artículo publicado en Revista LOVE