Mezquita-Catedral de Córdoba: historia y leyendas II

Mezquita-Catedral de Córdoba: historia y leyendas II

16 de julio del 2017

Mezquita-Catedral de Córdoba: historia y leyendas II

No existe arma que consiga el sometimiento de un pueblo a aquello que es contrario a su pensar. No hay fuerza humana que conquiste lo que no tiene dueño…:la voluntad.

                                                                                                                                   Fragmentos de Vida

El 29 de junio de 1236, el monarca Fernando III, el Santo, se adentraba con sus tropas en la ciudad de Córdoba, que, recién conquistada, debía de ser “tomada”.  En desfile orquestado cruzó el Puente Romano.  En todo momento su mirada dirigida hacia la Gran Mezquita.  Esta se erigía frente a él, altiva y majestuosa, ajena a si era propiedad del hombre o del cielo.

El soberano arribó en la aljama y sobre el alminar de más de cuarenta metros colocó la cruz símbolo del cristianismo y el pendón de Castilla y León. Todo con profundo respeto, pues la belleza del lugar sobrecogió incluso a los que tan solo entendían la palabra luchar.

Una catedral…tres siglos de obras…

Acto seguido, en el interior de la sala de rezos, se ofició una ceremonia de consagración del oratorio islámico, bautizando así la nueva catedral bajo el gran lucernario de Alhaken II, donde poco tiempo después se construyó la primitiva Capilla Mayor. Durante la liturgia, de manera inevitable, los cristianos se sentían deslumbrados ante la perfección y pureza del estilo islámico, que, incluso sin pretenderlo, transmitía serenidad y esplendor.

El arte es inapropiable, nunca jamás es rendido, está por encima de ideologías, creencias o guerras…A veces, el invicto puede rendirse ante una cultura forjada a través de siglos.

La quiebra de la imagen de la Gran Mezquita

Durante toda la Baja Edad Media, el culto y la ceremonia cristiana se adaptaron a la espacialidad islámica con algunos acomodos, puesto que la magnificencia del templo musulmán determinó siempre todas las actuaciones arquitectónicas.

Las primeras obras fueron tímidos intentos de demostrar quién era el vencedor, el vencido y a qué dios venerar. En una marcada inestabilidad política y social, durante el año 1371, incorporando ornamentación de estilo árabe, fue terminada la Capilla Real, y en 1489, el obispo Íñigo Manrique promueve para una mayor dignificación de la Capilla Mayor, una nueva construcción de estilo gótico. Fueron siglos en los que la calma de la Gran Mezquita no fue invadida, sino preservada para albergar la fe cristiana.

La mayor quiebra de la imagen del interior del edificio se produce a lo largo del siglo XVI. En el corazón del mismo, ocupando parte de la expansión de Abderramán II, se construye una catedral, para lo cual derribaron sesenta y tres columnas. Su edificación y decoración se prolongaría tres siglos. El levantamiento comenzó en 1523 bajo la dirección del arquitecto Hernán Ruiz, al que le siguió su hijo, su nieto, y, por último, Juan de Ochoa.

La planta de cruz latina alberga bóvedas góticas junto con otras barrocas y una cúpula renacentista. La imponente sillería del coro, tallada y esculpida en caoba, es obra del maestro sevillano Pedro Duque Cornejo. Parece que los relojes en ella incrustados detienen el tiempo narrando, entre otras, la historia de la constitución del Cabildo, órgano encargado de la gestión del monumento desde 1239. 

…gótico, barroco y renacentista…

 

…Ni un solo día la liturgia cristiana se ausentó del templo. Aun a pesar de la obras, el latín se alzaba protegiendo, incluso sin saberlo, aquello que por otro lado estaba destruyendo.  De forma extraña, un híbrido arquitectónico se estaba construyendo.

Las capillas fueron “tomando” sigilosamente espacio y tiempo. Durante los siglos XVII y XVIII se mantiene un intenso fervor religioso, imperante también en pasados tiempos; grandes familias donan generosas cantidades de dinero para mantener el culto y, con ello, ganarse el descanso eterno.

Para llegar hasta la imagen de la actual mezquita es necesaria una mirada al antiguo alminar, cuyos vestigios hoy día están envueltos por la torre catedralicia.

El minarete islámico, tras la conquista y desde la celebración de la primera liturgia, quedó reconvertido en campanario.  En el año 1589, un terremoto afectó a su estructura y, siguiendo un proyecto de Hernán Ruiz III, se alzaron los cincuenta y cuatro metros que todavía siguen siendo la edificación más alta de la ciudad.  La Torre-Campanario mantiene la función esencial que tuvo el antiguo alminar: la de convocar a los fieles al acto de orar.

…Alminar, torre; faro que guía, marca hora e indica lugar…Ya sean campanas o llamada a viva voz por el almuédano, es como si el cielo velara por todos aquellos que quieren escuchar…

Amar…sin exigir a las creencias renunciar

Destacan dos columnas de alabastro entre las mil trescientas que sostienen trescientos sesenta y cinco arcos…Sus hendiduras parece que son escritura de algo que necesitan narrar.

Describe la historia que bajo esos soportes se impartían en tiempos musulmanes clases de Teología, Astronomía, Filosofía y Matemáticas, puesto que aprender es una forma de adorar…Igualmente existen referencias de que fue condena estar a ellas atado sin agua ni comida que tomar. Cristianos y árabes –según por quien estuviera dominada la ciudad– probaron ese castigo por igual…A veces su delito tan solo fue amar.

Junto a la entrada de la aljama…

Ella, bella flor de azahar, hija del Islam. Él, creyente católico que no pudo evitar enamorarse de aquella que con tan solo mirar, el cielo podía alcanzar… En el siglo XIV ese amor era motivo por el que con su vida podían acabar. Ellos jamás dudaron en continuar.

Decidieron que una noche abandonarían la ciudad, pues se amaban tanto que no podían exigirse a su dios renunciar. Él la amaba como mujer mora de bellos ojos y hechizante caminar…,ella a él como cristiano que la adoraba sin pensar.  No querían cambiar.

En su huida, al cruzar el río, fueron capturados y penados por aquellos que creían que es pecado amar si no es Dios quien está como prioridad. Como represión…:encadenados a dos columnas de alabastro en el interior de la mezquita donde ambos a su dios pudieran perdón solicitar. Ni agua ni comida…,ni palabra entre ellos cruzar o les dejarían morir entre susurros de promesas de amor eterno y fidelidad.

Cuenta la leyenda que no pudieron reprimir las palabras que de su pecho nacían y dolían más que cualquier condena impuesta sin razonar…Tanta pasión encerraban que en las columnas con la uñas grabaron sus nombres y escribieron “tú y yo por siempre jamás».  Las columnas son testigo de que esto pudo suceder en realidad.

…Decenas de leyendas en torno a la Mezquita-Catedral, demasiados siglos, demasiadas historias que contar…Esta refleja que amar es adorar sin exigir cambiar.

Si Dios existe…visitó este lugar

Traspasar la puerta es adentrarse en un bosque de granito, jaspe y mármol.  Arboleda de columnas y arcos que en un aparente sin sentido envuelven ayudados por tumbas que se van pisando al pasar…, piedras negras con inscripciones incrustadas en el suelo de mármol blanco, huellas de aquellos que ya no están.  Pequeños oratorios, capillas de antaño que invaden el espacio, y, por extraño que parezca, lo hacen sin ocupar.

La tenue luz recuerda que en un tiempo la mezquita estuvo abierta al patio…,ese recinto que dicen tiene noventa y ocho naranjos…Plantados en hilera desde el siglo XIII, han dado el nombre: Patio de los Naranjos.

Y junto con la luz que hace brillar lo que el paso del tiempo se niega a borrar, el sonido de una misa irrumpe sin molestar.  Creyente o no creyente, en la aljama hay algo que impone respeto sin explicar…Quizás sean los siglos de convivencia de dos culturas que se admiraron y amaron sin poderlo evitar.  El amor y el odio que cerca están.

Al llegar al Mihrab, el cuerpo se quiere postrar…Tanta belleza es difícil no querer adorar. Inevitable un pensamiento…:si Dios existe, visitó este lugar.

 

Dos únicas columnas de alabastro…

Un murmullo continuo acompaña y no se puede identificar…Es mezcla de idiomas, de guías que repiten una y otra vez fechas, nombres…¿Será verdad que el viajero eso vino a buscar? Aíslo el susurro, no es eso lo que quiero escuchar.

Me adentro en el boscaje sin querer la salida hallar…Huele a siglos de antigüedad, sabe a Historia y el aire parece se puede tocar…Es sudor de aquellos que de una manera u otra no permitieron que desapareciera esta joya de la ciudad.

Realmente me llego a perder, o es abandono de mi voluntad de quererme encontrar…Me siento en un banco y empiezo a pensar…Tan pequeña entre tanta inmensidad, ¿quién soy yo para intentar explicar el peso, la historia y el valor histórico de la Gran Aljama o Mezquita-Catedral? Viajero, si tienes oportunidad, ven, visítala…e intenta narrar.

Un abrazo.

Maica Rivera

 

Las Capillas fueron tomando sigilosamente el espacio...
Tumbas que recuerdan a los que ya no están...
La sillería del coro...el reloj que parece el tiempo quiere parar...
El Patio de los Naranjos...fueron plantados en el siglo XIII
Vestigios de la Basílica San Vicente Mártir
Mezcla de creencias ...la mezquita tiene mucho que narrar...
Cuenta la leyenda que el buey blanco reventó por el peso de las columnas...
Tres siglos hasta su terminación...
Ni un solo día la liturgia se dejó de celebrar...

9 thoughts on “Mezquita-Catedral de Córdoba: historia y leyendas II

  • 17 julio, 2017 at 01:49
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    Que bello..maica como siempre , impresionante…la belleza sobrecojedora uno se siente pequeño….tanto arte y la leyenda …me encanto amor y hechizo…justos
    Un abrazo y un beso….mi vida

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    • Maica Rivera
      17 julio, 2017 at 12:16
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      Antonio, tu descripción de sentirse pequeño ante la belleza…es lo que se siente en la Mezquita de Córdoba. Sobrecoge con su belleza e historia, su grandeza es soberbia amigo mío. Espero haber conseguido transmitir algo de ello. Un abrazo.
      Maica Rivera

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  • 17 julio, 2017 at 14:31
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    Sobreccoge….siempre..y mas como lo cuentas tu…perdon por mi falta ortografica….un beso y gran abrazo..bonito dia amor..

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    • Maica Rivera
      17 julio, 2017 at 16:04
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      Antonio, no hay nada que perdonar! Cuando se escribe con pasión no se mira la ortografía…algunos de mis borradores de viaje parecen escritos en idioma no conocido. A veces, por impulso, comienzo a escribir en una servilleta de una cafetería y luego no lo entiendo ni yo misma! Un gran abrazo.
      Maica Rivera

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  • 17 julio, 2017 at 15:57
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    Hello Maica, it is great what was created here … The church always wanted to impress us and convey us her powerful energy. This was also achieved with this monument. Charming like always, is the love story. I love it to read about, or to write about it… For myself, there gives only true love, this energy which makes the loved one happy … which then, makes me happy. I would go with this man through hell when the light may shine again in the end!-) Happiness can not be bought, therefore in love is a compromise the wrong way.
    Dear friend, a great, true hug … Vera

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    • Maica Rivera
      17 julio, 2017 at 16:11
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      Dear Vera; In every story there is a legend of love. I firmly believe that true love moves the world and forges unions that neither time nor distance nor beliefs can dissolve. A big hug.
      Maica Rivera

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  • 6 agosto, 2017 at 14:52
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    Dear Maica, I am more than ever convinced of the truth of your words. I have always known that the maturity that a person reaches in the course of his development can carry him to the highest point of his feelings. The strenght of the columns there, are the proof. Although often a little dusty, the church always provides us a great knowledge out of long experience. I hope the translator does not confuse again, everything 😉 A big hug Vera

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  • 1 septiembre, 2018 at 02:23
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    Querida amiga Maica, enternecedora la historia que cuentas sobre la Mezquita catedral precioso, cuanta pasión en tus letras y sabiduría , me has dejado sin palabras, que bonito a quien se la vayas explicando dentro de la mezquita en tus tours, mucha leyenda, Historia, amor y belleza de este gran monumento declarado patrimonio de la humanidad, los cordobeses la tendríamos que visitar 4 veces al año como las cuatro estaciones del año y darla a valorar más de lo que esta, yo si la frecuento por dentro solo dos veces al año, me aplicaré el cuento. Nos emocionas con tu pasión. Un fuerte abrazo, ve vicheando otra mochila, esa te la regalare yo, mientras el lunes pensaré en los 98 naranjos junto a su fuentecita y observando su campanario, porque somos tan afortunados de llevar a Córdoba por bandera, besos.

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    • Maica Rivera
      1 septiembre, 2018 at 07:12
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      Fran:
      La Mezquita ha debido de presenciar tantas historias de amor que en todo su recinto se percibe pasión… Tengo la teoría de que los sentimientos impregnan las cosas inmateriales dotándolas de vida… quizás por ello la Mezquita cautiva al que la visita.
      Por otro lado, mi eterna mochila la compré en Córdoba y es allí donde debo de hallar otra cuando tenga que sustituirla…
      Un gran abrazo Fran, y gracias por mantener mi recuerdo de Córdoba vivo cada día a través de tus mensajes.
      Maica Rivera

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