Domingo García: Se puede hablar sin palabras

Domingo García: Se puede hablar sin palabras

11 de septiembre del 2016

Lo mencionado es evidentemente parte de estas Paralimpiadas: instalaciones, infraestructuras, transportes… Pasear por el enorme Parque Olímpico, observar las actividades paralelas que se desarrollan a las competiciones (juegos para niños entre ellas), recorrer los diferentes recintos destinados a cada modalidad (la piscina espectacular), todo te hace consciente de la importancia y repercusión del evento.

Pero lo que estoy describiendo “se ve sin mirar”. El destino de mi viaje es “aquello que está pero nadie ve”. Lo encuentro día a día, no solo en entrevistas como la de Domingo García, sino en paseos nocturnos por las “favelas”, en el café diario, en la panadería (sin conocer a nadie me dan los buenos días), en horas de coche con Lionaldo (se esfuerza en explicarme la vida en Río De Janeiro), en la respuesta en las redes a mis artículos. Es ahí donde veo “lo que está pero nadie ve”. Ahora solo necesito contarlo.

domingo1Apenas duermo. Me desborda todo lo que encierran estos juegos. No creo que llevarse el metal de una medalla sea el objetivo (aunque ni ellos mismos sean conscientes). Percibo que, a través de la lucha por llegar a meta, lo que realmente persiguen es “alimentar el alma” y creo que esta “esencia” es común tanto en Paralímpicos como Olímpicos, incluso en aquellos que no competimos.

Poner una meta o ilusión en la vida es necesario para sobrevivir. ¿Alguien está exento de esa necesidad? Yo no veo a nadie. Perdonad si ofendo, quizás mis percepciones estén afectadas por el inmenso “golpe” diario de emociones.

Hoy, mi paseo ha sido por la vida de Domingo García, “coordinador”, dice él; pieza fundamental en la delegación española, digo yo. Con su previo permiso, voy a obviar sus numerosos títulos, reconocimientos y etiquetas profesionales. Como ya os dije eso “se ve sin mirar”.

Su historia puede responder preguntas que en silencio nos hacemos. Quizás formularlas en voz alta ayude a que desaparezca el “halo tabú” que es innegable se percibe a veces en la manera como son tratados estos juegos. Compartir con este deportista de 53 años horas de conversación… No se ni por dónde empezar.

A mi primera pregunta de un resumen breve de su vida, ha arrancado como un resorte. Afición desde los nueve años a natación, atletismo, levantamiento de pesas, competiciones desde los 12 años de estas tres disciplinas. Se especializó en levantamiento de pesas y halterofilia. De los 13 a los 18 años, Domingo recuerda que solo existía entrenamiento y trabajo para poder costear las necesidades de esta disciplina. Llegó a la élite de este deporte representando a España en numerosas ocasiones, pero un “fallo” de conducta en un campeonato (su juventud hizo que no controlara el carácter) acabo con su carrera a la temprana edad de 18 años.

A los 19 años contrae matrimonio, hijos, vuelve a competir a un nivel menos exigente. El deporte no es ya lo principal, pero siempre presente en su día a día.

Dos horas mirándonos al alma

Es a los 34 años cuando una caída en el trabajo lo “arranca” del mundo conocido, llevándolo a otro para el resto de su vida. Mientras hablábamos, tan concentrada estaba en sus palabras que ni siquiera he oído llegar a mi ángel de la guarda en Río De Janeiro, Lionaldo. Le pido que, por favor, se siente y nos acompañe con un café. Apenas entiende nuestro idioma, pero las palabras que me dijo al regresar al hotel en el largo trayecto de coche darán mucho que pensar (aún continuo haciéndolo). domingo-2

Domingo me “destripa” los 17 meses en el hospital después del accidente, directo, sincero, sin guardarse nada. Habla de dolor, de rabia, de impotencia, de asimilación de algo inasumible, de pensamientos… de necesidad irrefrenable de acabar con la vida, de tres intentos de suicidio. Del ingreso en salud mental habla no solo con palabras, lo hace con los ojos, con la entonación, con los gestos.

Creo que lo que menos oigo son sus palabras. Tan fuerte suena su dolor, que en momentos no escucho…“siento” y pienso en frases “hechas” de cómo el dolor se puede transformar en algo constructivo, creativo, que nos enriquezca y no nos consuma. Se convierte en fuente de inspiración para escritores, pintores, músicos… ¿Por qué no para deportistas?

Domingo se aferra a lo que él llama su amigo de toda la vida, que no cuestiona ni exige nada que no quiera dar: el deporte. Comienza otra etapa de entrenamientos, ilusiones, objetivos. Vuelve a competir en la élite: las Olimpiadas Sidney 2000. Una enfermedad lo obliga nuevamente a bajar el alto ritmo de entrenamiento, pero ya no significa para él una desgracia, sino el comienzo de una nueva etapa: entrenar y motivar a otros futuros deportistas.

Y aquí esta, sentado junto a mí. Más de dos horas llevamos mirándonos a los ojos o, más bien al alma. Ni agua hemos bebido. Creo que su historia es la que hoy me ha mostrado la “esencia” de los Paralímpicos. El deporte es competición sí, pero también es camino, ilusión, motivación… posible razón para los que vagan perdidos.

El regreso al hotel en coche ha sido silencioso. Creo que Domingo, en su conversación y con su experiencia, ha regalado sin pretenderlo algo que puede cambiar la vida: la certeza de que todos somos iguales, que no existen límites, ni discapacidades, ni culturas, ni idiomas que nos separen. Si hablamos con el corazón llegaremos a la meta.

Lionaldo, durante el trayecto de vuelta, me miró, habló con el corazón contándome lo que había sentido en ese café. Esas fueron sus palabras. Sonaron en silencio.

Un abrazo,

Maica Rivera


Artículo Publicado en EURO MUNDO GLOBAL

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One thought on “Domingo García: Se puede hablar sin palabras

  • 24 octubre, 2017 at 12:42
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