Torre Eiffel; Amor y Locura aquí se unieron…

Torre Eiffel; Amor y Locura aquí se unieron…

22 de enero del 2017

Torre Eiffel; Amor y Locura aquí se unieron…

¿No es cierto que las mismas condiciones que proporcionan resistencia también cumplen con las reglas ocultas de la armonía?… va a dar una gran impresión de fuerza y belleza, por que pondrá de manifiesto la audacia del diseño en su conjunto.

                                                                                                                      14 de febrero de 1887, Eiffel.

La “Tour 300 mètres” como se la denominó en un principio, quebrantó todas las reglas conocidas de ingeniería y  estética, en una época en la que la osadía de una construcción alejada de la tradición de sólidas construcciones de piedra o ladrillo heredada desde la Roma imperial, despertó sentimientos de atracción-repulsion en la sociedad parisina.  Hoy en día es símbolo de Francia, icono de amor, inspiración de pintores, poetas y músicos, meta de sueños de todos los rincones del mundo; visitar París, contemplarla desde lo alto de la Torre Eiffel, forma parte de esa lista invisible de “cosas que hacer “ y leyendas que conocer… fue en París donde los vicios y las virtudes tomaron contacto con el sentimiento humano por primera vez.

Leyendas por conocer…

Construida en dos años, dos meses y cinco días por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel  para la Exposición Universal de 1889, su diseño desató muchas controversias.  Eiffel fue acusado de tratar de crear un elemento artístico sin tener en cuenta los principios de la ingeniería, la fuerza del viento y la altura de la torre -la estructura más alta del mundo hasta la construcción en 1930 del Edificio Chrysler en Nueva York-  desafiaban la lógica, el «monstruo de hierro» como lo llamaron muchos artistas, oscila hasta unos 9 centímetros por efecto del viento, «en la última planta de la Torre Eiffel, el viento deja de ser suspiro poético llegando a convertirse en enemigo peligroso».

El principal logro estético de Eiffel y de sus colaboradores fue tener el atrevimiento de convertir a la estructura del edificio en  protagonista absoluta de la construcción, en una suerte de exoesqueleto que trasladaba el lenguaje de las obras de ingeniería a una edificación insólita, que con una mínima ornamentación y aún pareciendo inacabada, se ha convertido en el monumento más visitado del mundo. 

«Mirada, objeto, símbolo, la torre es todo lo que el hombre pone en ella y este todo es infinito. Edificio inútil e irreemplazable, objeto inimitable y sin cesar reproducido, es el signo puro, abierto a cada tiempo, a todas las imágenes y a todos los sentidos es metáfora sin freno».

                                                                                                     Roland Barthes, La Tour Eiffel, Editorial Delpire, 1964.

Infinita e irreemplazable…

Describir su estructura de tres plantas, restaurantes, vistas panorámicas…es pérdida de tiempo ya que hay millones de artículos de un monumento que, si es especial no es por su estructura rompedora, ni por los millones de visitantes, ni siquiera por su desafío continuo al viento, su alma es la que impacta en nuestros recuerdos y sueños, es el alma de Gustave Eiffel.

Su pasión y proyecto –el cuál tuvo que financiar en parte–, la funcionalidad  que quiso otorgarle a través de la ciencia, llegando a convertirse en mecenas de científicos e investigaciones, denotan la dedicación de Eiffel en torno a la torre.  Se percibe como esta obra, que él preveía de un año de construcción, se convirtió en su vida durante los dos años, dos meses y cinco días que necesitó para finalizar la edificación más alta del mundo –hasta 1930–.

El 31 de marzo de 1889, se inauguró aún cuando los ascensores no estaban en funcionamiento, Eiffel subió al primer piso con las autoridades asistentes por las escaleras, más de una hora tardaron…

… peldaño a peldaño, con brío, fuerza y pasión, la misma con la que impregnó que cada centímetro de acero de esta torre.  Lo espectacular e impactante de esta torre no es su altura, ni su estructura, sino la armonía y el equilibrio con la que el hierro se enfrenta diariamente a la fuerza del viento.  La torre es símbolo de batalla continua, de pasiones escondidas, de odios enterrados y amores encontrados…de sueños imposibles y pesadillas vividas.

Curiosamente, la torre se muestra perfectamente organizada –gracias a su simetría– cuando se contempla en su conjunto; y a la vez, desconcertantemente caótica si se contempla desde cerca el tupido conjunto de sus celosías…orden estructural que se pierde entre hierros y que fascina sumergiendo la imaginación en una maraña de material que cruza, enreda y trepa hacia el cielo…

Sin palabras, sola o quizás acompañada por Musa y Luna -por el día tan solo las siento, es en la madrugada mientras escribo cuando puedo hablar con ellas- una leyenda antiquísima va llegando a mis oídos, suave, con un acento no identificable y un tono que denota tristeza mientras habla; 

«Se dice que los vicios y las virtudes -Envidia, Ira, Odio, Amor, Locura…- estaban juntos a la vez que dispersos por el mundo desde el principio de los tiempos.  Cansados de vagar sin rumbo decidieron poblar a las personas, pero discutían fuertemente para decidir quienes reinarían sobre los humanos, Discordia estaba presente allí y junto con Ira no ayudaban en nada para que todos entrasen en razón.   

Ante la situación a Locura se le ocurrió una idea como todas las suyas, genial a la vez que disparatada;  reinaría aquél que mejor ocultarse pudiera, ya que era cualidad necesaria para poder poblar a una persona.  Así que Locura comenzó a contar mientras todos se escondían – juego adictivo y peligroso para las emociones, que siempre andan buscando rincones de almas perdidas y su refugio a veces es nuestra condena en vida-.  

Uno a uno fueron encontrados los vicios y virtudes, finalmente fue encontrada Envidia y solo faltaba Amor -para muchos es la emoción que reina en la vida-.

Envidia dijo que Amor estaba escondido en una planta de hierros y cables que subían al cielo, Locura allí se dirigió  para encontrarlo, pero Amor es difícil de encontrar, a veces lástima, a veces duele… Mientras Locura lo buscaba se lastimó subiendo a una enorme torre de acero, pues Amor debía de encontrarse en alguno de sus huecos.  Enojada por el daño e impacientada por finalizar el juego, agarro un cable que encontró suelto y lo lanzó al vacío …un grito horrible irrumpió en el cielo, era Amor que apareció con los ojos lastimados, se había quedado ciego golpeado por el cable.  Locura se sintió tan culpable que prometió acompañar por siempre a Amor, de ahí que Amor sea ciego y que este siempre acompañado por Locura…y que sea quien reina en el mundo».

Desde la segunda planta de la Torre Eiffel observo el aspecto caótico de las celosías…tan sólo en París podían haberse reunido todas las emociones del mundo, y tan sólo Amor podía haber cegado su criterio en esta torre; acero, hierro, sueño y pasión de un ser humano.  La última visión de Amor impregnó la torre de magia y energía, de carisma y misterio… la estancia  de las Emociones todas juntas en París, hicieron a esta ciudad única…pues nunca jamás volvió a suceder encontrar tanto sentimiento reunido en un mismo lugar. 

Las Emociones hicieron a París única…

En silencio doy las gracias a esa voz desconocida, pues me ha dado el mayor conocimiento que pueda anhelar un ser humano, la explicación de una de las asociaciones mas extrañas que existen, y no hablo de Locura y Amor unidas…sino de como Locura está presente en todos las decisiones de la vida. Fue ella la última encontrada, su escondite no fue otro que mostrarse a sí misma…una locura, como la vida misma. 

Un abrazo.

Maica Rivera

Reportaje emitido el 2 de agosto 2018 en LA RAZÓN TV

 

4 thoughts on “Torre Eiffel; Amor y Locura aquí se unieron…

  • 4 febrero, 2017 at 03:45
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    Es impresionante…..el encanto que tiene , paris.. y su emblematica torre..me encanto….que bellas son siempre tus palabras…un abrazo querida Maica…..

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    • Maica Rivera
      4 febrero, 2017 at 21:06
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      París, querido Antonio no tengo capacidad para describir su magia, allí florecen las rosas de «Petit Prince» sin necesidad ellas de mí ni yo de ellas…sin poder vivir sin saber que existen…
      Un gran abrazo desde Malta.
      Maica Rivera.

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  • 11 octubre, 2017 at 16:20
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    Dear Maica,

    I note it well, but cannot fully understand it.
    Would you dear, explain it.

    I thank that unknown voice, because it has given me the greatest knowledge that can crave a human being ……
    She was the last found his hideout was none other than show itself … crazy, like life itself

    Who is the lucky guy?
    I’d live to hear from you and the mysterious feelings include on your story dear.

    Much love 💗

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    • Maica Rivera
      11 octubre, 2017 at 16:39
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      Thank you Heru for your beautiful words. A hug.
      Maica Rivera

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